Pasaban las dos de la madrugada del 15 de agosto cuando la Patrona de los palmerinos se presentó, tras dos años de ausencia por los motivos de todos conocidos, ante el Estandarte de la Hermandad en las puertas de nuestra Ermita de San Sebastián al son del repique de la campana de nuestra espadaña.
Tras el rezo de la Salve y el protocolario saludo entre las representaciones de ambas Hermandades, el paso de la Virgen se alejó con una levantá al cielo dedicada a nuestra Corporación.