De nuevo en la noche del 15 de
agosto, la noche de la Virgen, compartimos un ratito en nuestro Templo con Nuestros
Sagrados Titulares junto a Ella.
Con la
Medalla de Oro de nuestra Corporación en su pecho, la Santísima Virgen del
Valle llegó hasta nuestra Ermita de San Sebastián con la marcha “Victoria del
Polvorín”, y allí la esperábamos corporativamente un año más una nutrida
representación de la Junta de Gobierno con Estandarte y varas.
Tras
el rezo de la Salve y entre vivas y coplas de campanilleros, nuestra Patrona derramó
su Gracia y su Gloria sobre nosotros con una levantá al cielo dedicada a nuestra
Hermandad y especialmente a sus Capataces en este año de convalecencias, y a
Don Antonio Del Pino Lázaro, primer Capataz del paso de la Virgen de la
Amargura que ese mismo día había recibido cristiana sepultura en la capital
hispalense.