Llegada la solemnidad del Corpus Christi, como cada año, nuestra Hermandad participa de tan excelsa celebración tal como se desarrolla en la Ordenanza 8ª del Reglamento de Régimen Interno de nuestra Corporación.
De esta manera, el viernes 16 de junio, tras a celebración del Sto. Rosario, la Imagen de María Santísima de la Soledad fue trasladada a la portada de carruajes del Ayuntamiento, donde ha presidido el Altar Eucarístico que la Hermandad consagra en honor del Santísimo Sacramento por su festividad.
El altar recibió numerosas visitas de fieles durante la tarde noche del sábado y, por supuesto, acogió el Cuerpo de Cristo Sacramentado en la mañana del domingo durante la Procesión Eucarística, en la que nuestra Hermandad participó con una nutrida representación portando estandarte y varas.
El regreso de la Stma. Virgen de la Soledad se realizó con el protocolo y sobriedad acostumbrados el lunes 19 por el camino más corto y de la manera más discreta y sencilla, y ofreció a todos los presentes una profunda oportunidad de recogimiento y oración tras la parihuela que portaba a nuestra Veneradísima Virgen.
Una vez finalizado el regreso de Nuestra Amantísima Titular a la Ermita de San Sebastián, se homenajeó a su joven cuadrilla de costaleros con la entrega de los catavinos conmemorativos, y se celebró una convivencia con la Junta de Gobierno en la Casa-Hermandad.
De esta manera, el viernes 16 de junio, tras a celebración del Sto. Rosario, la Imagen de María Santísima de la Soledad fue trasladada a la portada de carruajes del Ayuntamiento, donde ha presidido el Altar Eucarístico que la Hermandad consagra en honor del Santísimo Sacramento por su festividad.
El altar recibió numerosas visitas de fieles durante la tarde noche del sábado y, por supuesto, acogió el Cuerpo de Cristo Sacramentado en la mañana del domingo durante la Procesión Eucarística, en la que nuestra Hermandad participó con una nutrida representación portando estandarte y varas.
El regreso de la Stma. Virgen de la Soledad se realizó con el protocolo y sobriedad acostumbrados el lunes 19 por el camino más corto y de la manera más discreta y sencilla, y ofreció a todos los presentes una profunda oportunidad de recogimiento y oración tras la parihuela que portaba a nuestra Veneradísima Virgen.
Una vez finalizado el regreso de Nuestra Amantísima Titular a la Ermita de San Sebastián, se homenajeó a su joven cuadrilla de costaleros con la entrega de los catavinos conmemorativos, y se celebró una convivencia con la Junta de Gobierno en la Casa-Hermandad.