Después de un radiante Domingo de Ramos en el que pudimos disfrutar de una esplendorosa Estación de Penitencia, el clima cambió las dos siguientes jornadas, y tenemos que lamentar que la primera Cofradía que le correspondía procesionar ante las puertas de nuestra ermita vio truncada su salida por la lluvia, por lo que el Martes Santo y, por tanto, la Semana Santa palmerina se quedó huérfana de nuestro Cautivo.
Este año nos ha faltado la visita a la Ermita de San Sebastián de nuestra querida Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo, por eso enviamos nuestro más fraternal abrazo y ánimos a todos sus hermanos, con el deseo de volver lo más pronto posible a recibirlos, y acompañarlos si Dios quiere.
En la tarde del Jueves Santo que abre el Triduo Pascual, fiesta en que la liturgia conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestra Hermandad participó en los Santos Oficios representada por nuestro Hno. Mayor, tras lo que se abrieron las puertas de nuestra ermita para recibir a los fieles y devotos que quisieron orar ante Nuestros Sagrados Titulares en sus pasos procesionales tras la Estación de Penitencia.
En la mañana del Viernes Santo la Hermandad de Nuestro Padre Jesús y María Santísima del Socorro era recibida por una representación de nuestra Junta de Gobierno.
Para cerrar nuestra Semana Santa, la Hermandad del Santo Entierro llegaba a las puertas de nuestra sede canónica en la tarde del Viernes Santo, rindiendo visita a Nuestros Sagrados Titulares.
En el cortejo de la Cofradía Servita participaba por
primera vez nuestro Hno. Mayor, D. Santiago Daza González, junto a las
autoridades civiles de nuestra localidad y los representantes del resto de
Hermandades de nuestro pueblo.